La formación a nivel de posgrado es determinante de primer orden en la
capacidad de producción científica y tecnológica de un país y está relacionada
directamente con el desarrollo económico, la calidad de vida y la riqueza de
las sociedades que la impulsan. El Sistema Universitario de Posgrados de la
UdeA fue creado hace 29 años por medio del Acuerdo Superior 058 de 1995 y ha
sido uno de los pilares sobre el que se ha cimentado el desarrollo
investigativo y muchos de los logros alcanzados por la institución. En este
artículo aportamos al análisis del estado actual del sistema de maestrías y
doctorados y revisamos algunas de las tendencias en Colombia. En posteriores
escritos propondremos algunos escenarios de futuro para los posgrados en la
UdeA.
Analizando la demanda, la Figura 1 muestra que en la UdeA entre los
semestres 2017-I y 2024-II los estudiantes matriculados en programas de
maestrías disminuyeron en un 22,3%; mientras que los inscritos decrecieron en
un 40%. Para los doctorados y entre los mismos años, los matriculados
disminuyeron en un 12,1% y los inscritos en un 33,6%.
Estas cifras contrastan con el crecimiento en la oferta de programas.
Según información suministrada por la Dirección de Posgrados de la UdeA, entre
los semestres 2017-I y 2023-II crecimos en un 16,7% en programas de maestría y
en un 40% en programas de doctorado. En 2017-I se contaba con 72 programas de
maestría con registro calificado y en el 2023-II llegamos a 84 programas. En el
caso de los doctorados, en 2017-I teníamos 25 doctorados con registro
calificado y en el 2023-II llegamos a 35. Adicionalmente, para el semestre
2024-II el 25% de los programas de maestría tenían 9 o menos estudiantes
matriculados por programa.
La tendencia decreciente mostrada en la UdeA contrasta con el fenómeno
que ocurre como país. Tal como lo muestra la figura 2, El país presenta un
incremento en estudiantes de maestría y doctorado al igual que en el número de
inscritos. Entre los años 2015 y 2023 los inscritos a maestría se incrementaron
en en 55.1% mientras que los matriculados lo hicieron en un 36,39%. Por el lado
de los doctorados los inscritos aumentaron en un 123,6% y los matriculados lo
hicieron en un 55,3%. Queda la pregunta de cuál es la razón para que tanto la
demanda como los matriculados en posgrados en la UdeA tengan una tendencia
decreciente
Desde el lado de la calidad de los programas ofrecidos (ver tabla 1),
para diciembre 2024 el 35,3% de las maestrías del país cuentan con acreditación
de alta calidad, para la UdeA esta cifra es del 40%. Solo 19,8% de los
doctorados del país cuentan con este mismo reconocimiento, cifra superada
ampliamente por los doctorados de la UdeA, en donde alcanzan un 40%. En
términos de modalidades de los programas, en la UdeA predominan las
presenciales, mientras que a nivel nacional hay un incremento en otras modalidades,
especialmente en el caso de las maestrías.
Del lado de la oferta de programas, la figura 3 muestra los programas
de maestría por área de conocimiento. Tanto a nivel nacional como en la UdeA
predominan los posgrados en Ciencias Sociales y Humanas y los programas de
Economía, Administración y afines, ofrecidos en mayor número por instituciones
privadas. Contrasta el poco interés en programas relacionados con Agronomía y
Veterinaria, dado el potencial agrícola del país.
La figura 4 muestra los programas de doctorado por área de
conocimiento. A nivel nacional predominan los posgrados en Ciencias Sociales y
Humanas con mayor número en IES privadas, seguido por los programas de
Ingeniería y afines ofrecidos mayoritariamente en IES oficiales. Por el lado de
la UdeA se evidencia la fortaleza en doctorados en Ciencias de la Salud.
Igualmente es poca la oferta de programas relacionados con Agronomía y
Veterinaria.
En términos de costos de los programas, el
estudio titulado “Posgrados Colombianos
en cifras” publicado por la Red Colombiana de Posgrados en enero de 2023,
calcula el cociente de las matrículas del sector privado/público y encuentra
una razón de 1,6:1 para doctorados y de
1,4:1 para maestrías, lo que descarta el factor costo como la posible
causa de la tendencia decreciente en matriculados en la UdeA. Este mismo estudio establece la relación
entre el porcentaje de estudiantes admitidos y graduados respecto a los
aspirantes. Entre los años 2016 y el
2021, para los programas de maestría se admitieron en promedio el 80,7%
de aspirantes y se graduaron en promedio solo 36,7%. A nivel de doctorado se
admitieron el 36,7% y se graduaron solo el 13,3%.
Analizando los indicadores de graduados tenemos varios datos
relevantes. Según el SNIES, entre los años 2015 y 2023, el 70,9% de los
egresados a nivel de maestría provienen de instituciones privadas; mientras que
a nivel de doctorado el 58,7% provienen de instituciones oficiales. La figura 5
evidencia como a nivel de maestrías es marcada la diferencia en graduados en
Ciencias de la Educación y en Economía-Administración, estas dos áreas juntas
representan el 66,26% de los graduados en la ventana de observación; muy
posiblemente estas cifras se presentan por el incentivo que tienen los maestros
de educación básica y secundaria cuando logran este nivel de formación y por la
alta demanda de programas relacionados con la administración. Resalta
igualmente el bajo número de graduados en Agronomía-Veterinaria.
A nivel de doctorado, el mayor número de
graduados se encuentran en las áreas de Ingeniería-Urbanismo y
Matemáticas-Ciencias Naturales, sumadas estas áreas representan el 42,49% de
los egresados en la ventana de observación. Hay un crecimiento acelerado de
graduados en Ciencias de la Educación y en menor proporción en Ciencias
Sociales y Humanas, sumadas estas dos áreas representan el 26,44% en el mismo
periodo. Es de anotar que a nivel general, el número de graduados en los
programas de doctorado es todavía muy bajo.
De lado de la oferta laboral, nos apoyamos en la gráfica 6 tomada del
estudio titulado “Análisis de vacantes en
Colombia: Lupa al mercado laboral” publicado por el centro de estudios
económicos de la ANIF en agosto 2023. Este estudio concluye que las vacantes
que requieren contar con un nivel universitario aumentó en el 2018 llegando a
representar el 29.6% y después del 2019 se mantienen relativamente constantes
en un cifra cercana al 20%. Respecto a las vacantes cuyo mínimo nivel requerido
es maestría o especialización, estas se han mantenido relativamente constantes
a lo largo de los años en un porcentaje que no supera el 4%; mientras que las
vacantes que requieren un grado de doctorado son menores al 0.1%. El citado estudio de vacantes anota que las
cifras anteriores podrían evidenciar algunos fenómenos no necesariamente
excluyentes: una demanda laboral que no requiere de habilidades tan
calificadas; una alta eficiencia en la búsqueda de emparejamiento
(vacante/desempleado) dada lo específico de las habilidades ofertadas y
demandadas para quienes cuentan con este nivel educativo; o también unos
perfiles definidos como respuesta a que muy pocas personas en el país cuentan
con una maestría, especialización o doctorado en las áreas donde la economía
los requiere. Estos fenómenos descritos pueden variar por región del país y por
disciplina.
Analizando las facilidades para iniciar estudios de posgrado, el estado
colombiano otorga diferentes modalidades de apoyos económicos para la formación
de alto nivel. Analizamos las becas otorgadas por beneficios tributarios, las
becas-crédito Colfuturo, Fulbright, Icetex, Nacional-Minciencias, Proyectos
I+D+i-Minciencias y las otorgadas por el Sistema General de Regalías. La
información analizada no incluye las becas entregadas por el Banco de la
República, la Empresa Colombiana de Petróleos (Ecopetrol) y las que otorgan
algunas entidades territoriales a los educadores.
La figura 7 de la izquierda muestra los apoyos otorgados en el país
entre los años 2010 y 2022 para estudios de doctorado. Se puede evidenciar la
tendencia creciente en apoyos nacionales desde 2010 al 2015; con un descenso
pronunciado hasta el año 2018 y de nuevo una tendencia creciente desde 2019 a
2022. La mayoría de los años se han otorgado más apoyos económicos para
realizar estudios en IES nacionales que en instituciones extranjeras. Para la
UdeA, figura 7 de la derecha, entre los años 2010 y 2015 tuvimos una tendencia
creciente en becarios, a partir de 2019 estos han disminuido en contraste con
la tendencia creciente de apoyos otorgados a nivel nacional. Un hecho a
resaltar es que entre 2010-2016, sumados los apoyos de la UN y la UdeA,
representaban el 51,21%% de los otorgados para estudios en el país; cifra que
cambia entre 2017-2022 en donde los apoyos recibidos por ambas instituciones
representan solo el 16,96%. A nivel de maestría a partir de 2014 y hasta el
2022 solo se han otorgado 122 apoyos para estudios en el país y de ellos solo
16 corresponden a la UdeA.
La situación descrita
nos lleva a concluir que la formación de posgrados en la UdeA debe reorientarse
para responder a las dinámicas y necesidades actuales de los profesionales,
adaptándose a las tendencias globales y a las demandas territoriales específicas.
Esto implica realizar diagnósticos regionales para diseñar programas alineados
con sectores clave como la industria, la tecnología, la salud y el medio
ambiente. Además, es crucial fomentar la formación dual, integrando
experiencias prácticas en la industria a través de colaboraciones con empresas
y el diseño de programas conjuntos. La UdeA también debe operar como un
verdadero sistema de posgrados, promoviendo la colaboración entre facultades y
creando un sistema modular que permita a los estudiantes obtener
certificaciones intermedias. En este contexto, en un próximo escrito
esbozaremos algunos escenarios en donde abordaremos algunas de estas
estrategias.